Una realidad alarmante: niñas y adolescentes, principales víctimas de violencia sexual

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MacropAdmin 14-03-2024 / 20:15:19
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Ser del género femenino ha emergido como un riesgo significativamente alto en la probabilidad de enfrentar ataques de naturaleza sexual. Esta vulnerable situación se manifiesta de manera contundente en las más jóvenes, incluyendo niñas y adolescentes. El informe 'Silenciadas', publicado por la organización benéfica Save the Children, ilumina esta penosa verdad, poniendo de manifiesto cómo el concepto moldeado de sexualidad está teñido por un persistente desequilibrio que impacta de formas disímiles tanto a hombres como a mujeres.

Denuncias por violencia sexual en menores de 18 años


La magnitud de esta problemática queda revelada en el alarmante porcentaje de denuncias por violencia sexual registradas en el año anterior. De las 18.731 acusaciones, el 45% correspondía a víctimas menores de 18 años y, de ese segmento, una abrumadora mayoría del 82% eran niñas o chicas adolescentes. Catalina Perazzo, de Save the Children, explica que esta situación está influenciada por roles y estereotipos de género que enfatizan el amor romántico, el conformismo a un ideal de belleza inalcanzable, y una sexualidad que debe ser complaciente y, a su vez, discreta.

Los estereotipos como factor importante en la violencia sexual dirigida a niñas y adolescente


Es importante subrayar que tales estereotipos son asimilados desde los primeros años de vida, a través de medios tan omnipresentes como los juguetes, programas televisivos, y las hoy indispensables redes sociales. Si bien los mensajes actuales pueden ser menos explícitos que en el pasado, no dejan de construir una idea de feminidad y estética corporal inalcanzable que sigue permeando la sociedad, sostiene Perazzo.

El perfil de los agresores sexuales


En cuanto al perfil de los agresores sexuales, datos apuntan a que estos son predominantemente masculinos, abarcando tanto a adultos como a adolescentes en un espectro de edad entre los 14 y 17 años, quienes ya enfrentan responsabilidad penal. La conformación de la masculinidad no escapa a condicionamientos similares, visto en el refuerzo de la necesidad de demostrar fortaleza física, iniciativa sexual, y una emoción distanciada conjugada con actitudes controladoras y dominantes, que a menudo son confundidas con protección o cariño.

La organización ha puesto especial énfasis en los actos de agresión sexual ejecutados por varios individuos, los cuales han reflejado un preocupante incremento de más del 64% en los últimos cinco años, a pesar de que representaron tan solo el 4.2% del total de los delitos reportados en 2022. Generalmente, las agresiones se realizan en grupos donde tanto los perpetradores como sus víctimas son de edades similares y tienen algún grado previo de conocimiento entre ellos, comúnmente en contextos como fiestas o reuniones que tienen lugar durante los fines de semana.

Otro aspecto inquietante es la práctica de registrar estos abusos sexuales múltiples, a menudo fotografiando o filmando las agresiones como muestras de dominación y en búsqueda del reconocimiento social entre pares, un fenómeno exacerbado por el acceso a nuevas tecnologías e Internet en las relaciones juveniles. Este último punto aboga por un debate necesario sobre la influencia perturbadora que está ejerciendo el contenido pornográfico, que según informes de Save the Children, 7 de cada 10 adolescentes han visto y cuyo contacto inicial sucede alrededor de los 12 años de edad.

la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia


Frente a este sombrío panorama, se vuelve crucial la actuación del Gobierno para implementar legislación específica con medidas de prevención efectivas, algo que se contempla en la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), vigente desde hace casi tres años. Es fundamental instaurar una educación afectivo-sexual consolidada, así como promover un uso seguro y responsable de las tecnologías emergentes, para proteger a una población tremendamente susceptible.

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